.
.
.
rubia uno, o rubia dos, o morocha tres, o tetas de plastico cuatro, o "se me subió la pollerita y no me di cuenta" cinco, se pasean por televisión a cualquier hora. ¿Qué sentido tiene llamarlas por nombre y apellido si lo que aportan esta muy lejos de la individualidad? Nada mas chato que la reproducción en masa de un esteriotipo tan vulgar, como falso.
Ahora yo me pregunto, ¿era mas dañino "utilisima" a las tres de la tarde produciendo amas de casa, o "intrusos" a las tres de la tarde produciendo putas?
.
.
.
